martes, 21 de junio de 2011

DUNGEON SIEGE 3







Combates, hechizos y épicas hazañas. Una aventura de héroes, recompensas y rol clásico.
La tercera entrega de la serie Dungeon Siege llega con la intención de prolongar el halo de excelencia que tradicionalmente ha rodeado a la franquicia. Los veteranos Obsidian recogen el testigo de la marca y lo hacen con un título tremendamente respetuoso con su legado, una continuación que obvia los años pasados sin ofrecer demasiados cambios pero dispuesta a satisfacer a los fans del Action-RPG.



Puede que no cuente con el nombre de Dragon Age, Baldur's Gate o Diablo, pero lo cierto es que la franquicia Dungeon Siege siempre ha contado con un grupo muy importante de seguidores que han visto en su fantástica mezcla de rol y acción una alternativa muy seria a otras sagas de renombre. Nacida en PC y con sus mejores entregas en esta plataforma, ésta es la primera ocasión en la que un título como tal aparece a modo de lanzamiento multiplataforma, y es que hemos visto un spin-off en PSP que pese a que no contó con el mismo éxito que las entregas para ordenador, eso sí, conformó el más que notable Throne of Agony.

Así pues y con Dungeon Siege III en el horizonte, Square Enix como distribuidora y Obsidian como desarrolladora se enfrentan al título más ambicioso de la serie. El equipo norteamericano sustituye a los ya responsables de las dos entregas precedentes, Gas Powered Games, y lo hacen con un respeto por el legado de la saga que roza lo obsesivo. Esto tiene la vertiente positiva de que el juego no defraudará a los veteranos de la franquicia puesto que respeta a pies juntillas todo lo visto hasta ahora, pero también tiene el contrapunto algo más oscuro de que salvo algunos supresiones de características el título no aporta componente alguno de innovación con respecto a los capítulos anteriores: De 2002 y 2005 respectivamente.


Hechizos y Mazmorras 

El videojuego comienza con una escueta cinemática en la que se nos presenta a la Décima Legión, los fundadores del reino de Ehb, una facción que ejercía de guía y protectora para su reino, y que ahora se siente así misma enfrentada con el pueblo por la muerte de un antiguo rey de la que no se responsabiliza. No obstante ellos saben que fue la malévola Jeyne Kassynder la que acabó con ellos, y la que creó una lucha que confrontó a la familia real del oeste con la propia villana. Durante 30 años Ehb sufre, y es entonces cuando aparecemos nosotros como herederos de esta estirpe para recuperar su grandeza.

No revelaremos nada más sobre el argumento puesto que los responsables del título nos han pedido que seamos especialmente cuidadosos en el tema de los spoilers, no obstante con lo ya comentado tenemos la seguridad de que el aficionado ya es capaz de hacerse una idea de lo que ofrecerá el lanzamiento a nivel argumental y del tono con el que lo expondrá. No obstante lo que sí comentaremos es que la historia es francamente reconfortante, y que demuestra el nivel de detalle y de cariño con el que usualmente los chicos de Obsidian tratan a sus productos. En un RPG es fundamental contar con un guión que actúe como raíl y al mismo tiempo motor de la experiencia jugable, y en este sentido a pesar de que el final del título no es del todo satisfactorio, en el resto de aspectos su argumento sí es lo que esperábamos de un juego de sus características.

Así pues en Dungeon Siege III adoptaremos uno de los cuatro roles que se nos ofertan. Lucas Montbarron es un espadachín que no descansará hasta que la Legión recupere su lugar de privilegio, y es que es el hijo del Gran Maestro de la propia Legión. Anjali, por su parte, es una maga arcana que fue criada por simpatizantes de esta facción. Reinhart Manx, por otro lado, es también un hechicero que desciende directamente de una larga dinastía de magos y que ha pasado la mayor parte de su vida en la academia. En última instancia queda la bruja Katarina, que disfruta de armas de fuego de largo y corto rango y que es hija ilegítima de Hugh Montbarron, el padre de Lucas y el antiguo Gran Maestro de la Legión.


En cualquier caso escojamos el héroe que hayamos elegido el comienzo es igual en cuanto a escenarios, aunque diferente en lo tocante al planteamiento, a los personajes que se juntan con nosotros y a otros matices similares. No son cambios significativos y definitivamente no afectan directamente al componente rejugable del programa, pero eso sí, son elementos que se agradecen y que ayudan a insuflar una cierta frescura a hipotéticas segundas partidas.

No obstante la mayor diferencia entre una incursión y otra en la campaña se deriva de los propios personajes y de sus diferenciadas habilidades de combate. No es que la experiencia sea tampoco radicalmente diferente en este campo, pero los cambios sí son sensiblemente más drásticos. Por ejemplo el enérgico Lucas Montbarron es muy fuerte en el combate de rango cercano y el arcano Reinhart Manx por su parte será un poderoso personaje siempre que optemos por los hechizos de cierta distancia. El grueso de la experiencia y los rigores del manejo de cada personaje son idénticos entre sí lo que hace que, pese a los cambios, resulte muy familiar el pasar de manejar en una partida a uno a hacerlo a otro en la siguiente.

Tronos de Ambición 

Modo Historia, buen guión, varios personajes... Todo esto está muy bien, y es ciertamente importante en un RPG, pero ¿Y la jugabilidad? A nivel de lo que ofrece el título en lo puramente jugable hay que decir que Dungeon Siege III sigue a pies juntillas las bases que para la franquicia sentó Gas Powered Games hace casi 10 años. Decir que la saga no ha cambiado nada desde entonces sería cruel e injusto, pero también hay que matizar que la afirmación pese a ser exagerada tampoco estaría lejos de la realidad.

En las bases el videojuego es muy respetuoso con el nombre Dungeon Siege, hasta tal punto que parece que estamos jugando a una versión convenientemente remozada e incluso casualizada de sus dos precursores. Y es que esta tercera parte es sensiblemente más accesible que los capítulos primero y segundo, con serias limitaciones en el número de acompañantes y en otros elementos que resultarán dolorosos para los amantes de los inicios de la franquicia: Escasez de destrezas, clases predefinidas sin posibilidad de personalizarlas y unos controles en PC que si no contamos con un Pad rozan lo masoquista.


La acción es sencilla, el título de Obsidian se maneja de una forma muy similar a lo que es habitual en la franquicia, sin apenas cambios en un combate que no resulta sorprendente pero sí muy ameno. Cierto es que hay algunos elementos cuya presencia es absurda debido a incomprensibles errores conceptuales, como por ejemplo la acción del bloqueo que es totalmente inservible ante lo fácil y sencillo que resulta rodar por el suelo para esquivar ataques enemigos, pero en líneas generales el programa hace un buen trabajo a la hora de ofertar las suficientes alternativas como para no caer en lo repetitivo.

Las quests, por otra parte, son todo lo variadas que el juego puede permitirse. La mayoría tienen que ver con asesinar a algún personaje o acabar con monstruos, siempre dentro de los estrictos límites que el género impone, pero no parecen particularmente repetitivas dentro del buen puñado de horas de juego que el título oferta. En este sentido lo mejor de las misiones y el modo en el que se desarrolla la historia con ellas tiene que ver con las decisiones que tomemos. Éstas se derivarán del camino malvado o virtuoso por el que optemos en determinadas acciones, o de las líneas de diálogos que escojamos en las conversaciones, pero lo único cierto es que con ellas podemos definir algunos elementos de lo que pasa e incluso de la conclusión de la campaña.

El cooperativo, como siempre, contribuye a elevar algunos enteros de la experiencia de juego. Ya utilicemos el local para dos usuarios (con mando de consola en la versión de PC) o el on-line a través de internet para cuatro aficionados, lo que sí es común a todas las modalidades y ciertamente nos ha disgustado es el hecho de que no podemos guardar nuestros progresos a no ser que seamos el anfitrión de la partida, es decir que los invitados actuarán a modo de meros asistentes sin conservar elementos propios como los puntos de XP obtenidos, por ejemplo. Se aumenta la diversión sí, pero se resta profundidad al conjunto como en tantos otros de los escasos cambios que contempla esta tercera parte.

Héroes de la Décima Legión 

A nivel de nuestra relación con el personaje hay que decir que en este sentido el título resulta más pobre que en su faceta más puramente concerniente con los combates, o nuestra relación con otros personajes o el mundo que nos rodea. El elemento más doloroso en este campo son los interfaces, insoportables hasta tal punto que es un verdadero sufrimiento moverse por los interfaces, cuadros de personaje, árboles de habilidades.

No es sólo que estéticamente sean pobres, algo que pasaríamos por alto si se hubiera hecho en aras de una funcionalidad que en este caso es inexistente, sino que resultan incómodos para navegar por ellos. Aquí únicamente podemos alegar el hecho de que el título acusa gravemente el desarrollo multiplataforma, con unos inventarios y menús que quedan a caballo entre la profundidad de los de PC y la accesibilidad de los de consolas: No acabando por contentar a ningún tipo de público.

Por otra parte el personaje tampoco alcanza enorme profundidad en cuanto a personalización. Ya hemos adelantado que las clases están fuertemente predefinidas, pero con sólo 9 destrezas a desbloquear por cada uno de los personajes nos da la sensación que podíamos haber disfrutado de mucha mayor profundidad en este campo. Eso sí, la maestría de éstas (dividas en los rangos de Recluta, Legionario y Maestro en cada personaje) nos llevarán mucho tiempo, convirtiéndonos en la recta final del videojuego en una máquina de matar realmente poderosa, pero haciéndonos pasar en los primeros compases del programa algunos momentos realmente peliagudos.



A esta, a nuestro entender, dificultad no excesivamente bien calibrada se une la pobre IA aliada de la que hacen gala nuestros acompañantes. No es únicamente que los enemigos tienden a olvidarse de ellos para atacarnos directamente a nosotros, sino que su capacidad combativa se ve severamente reducida por su incapacidad para utilizar hechizos y destrezas con el más mínimo rigor o habilidad.

Interfaces torpes, IA aliada pobre, personalización muy básica, cooperativo no persistente... Todas estas características negativas pueden sonar a accesorias, y ciertamente su importancia puede relativizarse, no obstante son numerosas y hacen que el juego carezca de profundidad con algunas de ellas o que resulte muy incómodo debido al resto.

En suma lo que Dungeon Siege III acaba siendo es un videojuego recomendable si somos fans de los Action-RPGs sencillos y accesibles, como por ejemplo los escasos representantes que el género ofrece en las consolas durante la Next-Gen. No obstante esta recomendación deja de ser tan firme si, en cambio, el aficionado que se acerca a esta tercera entrega de la saga es un hardcore del género, puesto que el juego de Obsidian no puede compararse con los representantes más poderosos del género en PC: Ni resiste la comparación, ni de hecho trata de hacerlo. En este sentido en 3DJuegos nos quedamos en la mitad del camino, donde consideramos al título un representante más que digno del Action-RPG, de hecho notable, pero que no pasa de ser un entretenimiento que nos ofrecerá más de 15 horas de buen (pero no gran) entretenimiento.



Ehb: Un Reino Amenazado -Gráficos y Tecnología- 

A nivel visual Dungeon Siege III no pasa de lo meramente interesante. Es un título con algunos aspectos estéticos maravillosos y con otros que ciertamente no están a la altura, componiendo de este modo uno de los apartados más irregulares que ha cuajado Obsidian en los últimos tiempos.

nivel artístico el videojuego es fantástico en algunos momentos y algo más discreto en otros, muy en la línea de lo que esperábamos del enésimo mundo de espada y brujería que baña sus escenarios de una muy buena iluminación, y los trufa con bonitos entornos naturales y grutas subterráneas que deberemos recorrer.

El aspecto del personaje principal y de los compañeros o enemigos a los que haremos frente es algo más discreto, con unos modelados que en la cámara más lejana presentan un aspecto razonablemente interesante pero que con la perspectiva más cercana demuestran las severas carencias en términos de carga poligonal de las que hacen gala. La cámara opta en todo momento por una perspectiva isométrica, aunque ésta se puede acercar e inclinar ligeramente: Eso sí, desde nuestra experiencia personal recomendamos a efectos jugables la visualización más lejana; menos estética pero más práctica.

En lo tecnológico el título está bien optimizado en todas las plataformas, con tasas de imágenes por segundo francamente fluidas tanto en PC como en consolas, apoyadas sin duda en el hecho de que el apartado gráfico a mover tampoco es particularmente exigente. Eso sí de entre las discretas físicas, animaciones y la rígida cámara, juega en favor del programa en este sentido el hecho de que apenas hemos encontrado bugs de importancia. Algo sin duda reseñable teniendo en cuenta el historial reciente de Obsidian.

En cuanto al audio, y con ánimo de cerrar ya el análisis, el videojuego presenta aquí uno de sus áreas más redondas. La banda sonora quizá no alcance las cotas de calidad e inspiración de los dos Dungeon Siege precedentes, realmente brillantes en este campo, pero sí ofrece algunas partituras excepcionales. El doblaje del programa está en inglés con sus textos en español, y los efectos sonoros hacen su trabajo adecuadamente.

Imágenes: 








REQUISITOS OFICIALES:


Mínimo: 
Sistema Operativo: Windows XP SP3 / Vista SP1 / Windows 7 
Procesador: 2.6 GHz o mejor 
Memoria: 2 GB de RAM 
Tarjeta de Video: Compatible con Pixel Shader 3.0 y DirectX 9 con 256 MB (ATI Radeon X1800 o nVidia GeForce 8600) 
DirectX®: DirectX® 9.0c 
Disco Duro:
4 GB de espacio libre 
Idioma: Español
No. Discos: 2 DVD'S


Recomendados: 
Sistema Operativo: Windows 7 
Procesador: Intel Core i5 750 2.67 GHz o equivalente
Memoria RAM: 2 GB 
Tarjeta de Video: ATI Radeon HD 4870 o NVIDIA GTX 260 

sábado, 18 de junio de 2011

SHADOW HARVEST: PHANTOM OPS






The Intelligence Support Activity, en búsqueda de un mejor planeta…


Shadow Harvest: Phantom Ops, es un juego en solitario ambientada en el año 2025, en un futuro distópico y maloliente donde el mundo se ha ido al diablo y los EE.UU. es la policía del mundo a través de un grupo llamado Intelligence Support Activity, o ISA. Ustedes juegan alternando entre dos policías de este mundo: el áspero pero amable Aron Alvarez y la escurridiza francotirador Babe Myra Lee. Cosas malas están pasando en una parte mala del mundo debido a los malos, y hay que arreglar las cosas matando gente. Su objetivo principal es el asesinato de un señor de la guerra somalí llamado Kimosein, aunque las cosas salen fuera de pista y tendremos que averiguar quién está suministrando al tirano con armas de alta tecnología, fuera de la ley de la ONU.



Ser capaz de cambiar entre dos tipos diferentes de soldados Shadow Harvest da un ambiente solitario de la cooperativa. Álvarez es el estándar de los juegos de disparos, maneja todas las armas pesadas es bueno para ataques frontales contra el enemigo enojado, los francotiradores, y aún contra mechs; mientras que Lee es sigilosa, y se colara en torno a las instalaciones de los malos. Pero a pesar de que este dúo ofrece diferentes formas de jugar el juego, los niveles son muy sencillos debido a la mala IA y nivel de diseño lineal. Los letreros de neón puede ser que también les digan cuándo es necesario cambiar los soldados, ya que es evidente cuando se necesita a Alvarez para seguir matando juergas y cuando se requiere a Lee para romper cerraduras de alta tecnología o cuellos de algunos. A pesar de que las secuencias de sigilo de Lee son algo ingeniosas, la mecánica es simple, hay que agacharse, arrastrarse detrás de los guardias de pocas luces, poner trampas, y pasarlos a mejor vida, pero los gadgets de Lee son sin duda genial.



Los entornos tienen una calidad extraña. Los escombros de la calle de Somalia tienen un filtro borroso sobre él. Ustedes pueden desactivar el bloom, pero entonces la imagen se vuelve tan oscura que algunas secciones del juego son de tono negro. La incapacidad para ajustar la gamma del juego hace que sea imposible hacer frente a estas cuestiones de forma manual. El rendimiento está muy lejos de ser ideal y, con velocidades de fotogramas que con frecuencia bajan mucho en una máquina que coincide y hasta les sobran los requisitos del sistema. Como resultado, a menudo se siente como si estuvieras arrastrando un ancla en torno al mover el ratón.

Sus comandos se quejan si son dejados a morir en los barrios pobres de Somalia con la misma pasión sincera que utilizarían para ordenar el almuerzo en una casa de comidas rápidas. Los verdaderos seres humanos se muestran más molestos cuando se rompen un cordón de zapato. Los efectos de sonido tienen el mismo filtro. Las armas se van con carecen de impacto lo que termina dando una experiencia casi surrealista. Sólo la banda sonora es algo bien logrado. Aunque un buen número de las canciones son el estándar de los tiradores, algunas partes de algunos niveles cuentan con un excepcional canto y ritmo de las tribus africanas.


Shadow Harvest: Phantom Ops es un juego que debe ser evaluado para próximas ediciones y corregir detalles para ser un juego más llamativo. Quizás deban considerar la posibilidad de un escape afortunado.

Imágenes: 










Requerimientos Oficiales:

Requisitos mínimos del sistema

Sistema Operativo: Windows XP, Vista o Seven
Procesador: 3.2 GHz o más rápido
Memoria RAM: 1.0 GB de RAM
Tarjeta de vídeo: 256 MB
Disco duro: 5 GB
Tarjeta de sonido: compatible con DirectX 9.0c
Idioma: Inglés
No. DVD'S: 1

Recomendados 

Sistema Operativo: Windows XP / Vista / Seven
Procesador: Intel Core 2 DUO@2.2GHz o AMD Athlon 64 X2 4400 +
Memoria RAM: 2.0 GB de RAM
Tarjeta de Video: NVIDIA GeForce GTX 260, AMD ATI Radeon 4870 o similar

viernes, 17 de junio de 2011

DUKE NUKEM FOREVER






Explosiones, humor negro, acción adulta y desparrame. Duke, el terror de las nenas.

Muchos jugadores podrían considerar al 10 de junio del 2011, como una fecha histórica. Y es que después de década y media en el dique seco, regresa uno de los personajes más populares de los 90, Duke Nukem. Y lo hace fiel a su estilo, con una aventura repleta de acción, humor y violencia.



Casi no nos lo creemos. Muchos jugadores veteranos pensábamos que no llegaría el día en el que Duke Nukem retornara de sus prolongadas “vacaciones”, pero por fin ha sucedido. Tras 14 años, infinitos retrasos, cancelaciones de proyectos, cambios de estudios de desarrollo y otras circunstancias añadidas, por fin 2K Games y el estudio Gearbox Software (responsables del fantástico Borderlands) nos traen la esperadísima continuación del clásico de 3D Realms,Duke Nukem Forever. Hail to the King, baby!

Aniquilación alienígena
En líneas generales, ¿es Duke Nukem Forever un shooter subjetivo revolucionario? En absoluto. ¿Posee un apartado gráfico apabullante? Lejos de la realidad. ¿Estamos ante uno de los títulos más sofisticados del momento? Ni muchísimo menos. Pero de lo que no cabe duda es que la gran mayoría de los fans del original se lo van a pasar en grande ligando con chicas medio desnudas, aniquilando de las formas más brutales que se puedan imaginar a alienígenas, disfrutando de las continuas burlas del protagonista y sembrando el caos al volante de algún vehículo. Esa es la base de esta propuesta, y a nosotros nos ha dejado un sabor de boca agradable: No pretende ser un Triple-A, de hecho está lejos de serlo, pero sí es un título divertido y ameno.

La trama argumental sigue de cerca lo acontecido en el primer Duke Nukem. Han pasado 12 años desde que nuestro héroe eliminara laamenaza alienígena y Duke se ha convertido en el tipo más famoso y reconocido del mundo. Sin embargo esta paz se acaba justo al comienzo de la aventura, puesto que los aliens invaden otra vez nuestro planeta tras engañar descaradamente a las autoridades americanas con una ficticia propuesta de paz. Y lo que es peor, ¡raptan a todas las mujeres atractivas! A partir de entonces comienza el viaje de Duke, quien está dispuesto a sonsacar toda la verdad a los invasores y, de paso, ¡aniquilarles!

Y es que, a grandes rasgos, esa es la meta y el objetivo principal de este shooter: acabar con ejércitos enteros de aliens. Durante las 10-12horas que dura el modo Campaña individual debemos librar cientos de batallas campales contra una interesante variedad de rivales, jefes finales incluidos. Pero Duke Nukem Forever no es shoot´em up en primera persona al uso, normal y corriente, ya que incorpora muchos más ingredientes.


Let´s rock! 
Como buen shooter, la mecánica de juego se basa fuertemente en los enfrentamientos. Los tiroteos en Duke Nukem Forever son tan frecuentes como excitantes y, sobre todo, violentos. De esta forma lasdecapitaciones y desmembramientos son una constante, si bien el toque cómic que destila el juego completo hace que no lleguen a resultar nunca desagradables o truculentos.

El número de rivales que salen a nuestro paso es realmente alto, como también lo es la contundencia de las armas de las que podemos echar mano. Nuestras favoritas siguen siendo las más clásicas, como la recortada o el lanzamisiles, pero a esto hay que sumar otras más avanzadas tecnológicamente como rifles de plasma, rayos congelantes o el Shrinker (Reductor), un arma capaz de convertir en liliputienses a nuestros rivales… para posteriormente aplastarlos de un pisotón. Tan divertido como gratificante.

Sin embargo es preciso señalar que, a diferencia de otros títulos similares, en Duke Nukem Forever tan solo podemos portar dos de estas armas a la vez (más la correspondiente ración de minas de proximidad y granadas). Esto es debido al anhelo de los desarrolladores de que los jugadores experimenten con todas las armas, evitando así el hecho de superar toda la aventura utilizando sólo una o dos. Puede que en comparación con los videojuegos de acción a los que la Next-Gen nos está acostumbrando el planteamiento de Forever sea muy simple, tanto en el manejo y colección de armas como en el desarrollo de unos combates demasiado sencillos, pero esto no es algo que moleste en absoluto a los fans de la saga creada por 3DRealms: El público hacia el que está orientado el título.


Pero como decíamos antes, el videojuego nos ofrece mucha más variedad más allá del mero hecho de pegar tiros. Para empezar, la exploración y la interactuación con un buen número de los objetos que pueblan los escenarios adquieren una gran relevancia. Sí, porque al hacer el tonto con según qué elementos (billares, espejos, mancuernas, pinballs, etc.) aumentamos de forma permanente el Ego de nuestro protagonista… que en este caso, viene a ser la salud de Duke. Y creednos si os decimos que merece la pena el esfuerzo, sobre todo para hacer frente a los temidos jefes finales.

Las plataformas también tienen su relevancia. En la gran mayoría de las fases es necesario encarar al menos una de estas secciones, lo que aporta más variedad al desarrollo a pesar de que su ejecución es algo torpe. Y lo mismo ocurre con los puzles que, si bien son escasos y su dificultad no suele ser demasiado elevada, se hacen entretenidos en el sentido de que rompen un poco con la tónica general.

Otro elemento interesante de la jugabilidad de Duke Nukem Forever tiene que ver con la conducción de vehículos. En determinadas ocasiones es necesario subirnos a bordo de alguno de ellos para recorrer amplias zonas de los decorados. Y es justo admitir que estas zonas resultan realmente divertidas, cambiando totalmente la jugabilidad y el desarrollo.

Por último, tampoco queremos dejarnos en el tintero un detalle más que guarda Duke Nukem Forever bajo la manga: los continuos guiños tanto a películas y personajes muy conocidos como a videojuegos clásicos. Halo, Space Invaders, Origen y muchos otros son objeto de burla (o incluso de homenaje, según la situación) por parte de nuestro protagonista.


Dispara en compañía 
Al margen del modo Campaña individual, el título también comprende un modo multijugador. Éste emite el mismo mensaje jugable que el Modo Historia puesto que tampoco es especialmente complejo ni recoge una amplia cantidad de opciones o posibilidades pero, aún así, se hace bastante entretenido.

El multijugador de Duke Nukem Forever admite un máximo de ocho jugadores simultáneos, cifra no demasiado alta pero suficiente en cualquier caso para el estilo que busca plantear GearBox. Y dichos participantes pueden escoger entre cuatro submodalidades de juego distintas: DukeMatch, Team DukeMatch, Hail to the King y Capture the Babe.

DukeMatch viene a ser el sustituto del clásico modo DeathMatch y, como ya supondréis, nuestra meta consiste en matar a todo aquél jugador con el que nos crucemos dentro de un límite de tiempo o número de muertes determinados. Directo y divertido, pero nada sorprendente. Team DukeMatch es exactamente igual que la anterior modalidad, pero en este caso se juega por equipos. A nosotros este matiz nos resulta más atractivo y hace más vibrante cada partida, pero también es cierto que es una mera cuestión de gustos. Hail to the King, por su parte, es el clásico Rey de la Colina. Esta modalidad es una de las más tácticas y estratégicas, por lo que la comunicación entre los distintos miembros de cada equipo es vital. Y para terminar tenemos Capture the Babe, nuestra favorita. En este caso y al más puro estilo Duke Nukem, en lugar de robar la bandera del bando rival debemos raptar a una pobre chica y llevarla a nuestro cuartel general, pudiendo propinarla algún que otro pequeño cachete para que deje de gritar.

Todas estas modalidades multijugador pueden ser disfrutadas en un total de diez arenas diferentes, algunas de ellas reediciones de las aparecidas en el original. Y, además, a medida que jugamos vamos desbloqueando nuevos accesorios para personalizar a nuestro personaje, existiendo una amplia gama de estos complementos. Como decimos no es nada rompedor, y francamente está sólo en la media de lo que ofrecen los shooters más discretos de la actualidad: Pero será un añadido que a buen seguro prolongará con algunas horas de entretenimiento extra el tiempo que pase el programa en nuestro ordenador.

Popurrí técnico
Gráficamente el título es discreto, y es que se muestra un tanto irregular en función del área concreta que analicemos. Por empezar por lo más positivo lo más interesante de esta producción en el plano técnico es la lograda ambientación. A lo largo del juego visitamos un número muy elevado de localizaciones, y todas ellas muy variadas: Desde naves nodriza a hamburgueserías, casinos, alcantarillas, minas y un largo etcétera. Y todos estos decorados poseen la suficiente entidad y personalidad como para resultar totalmente diferentes entre sí. Además el diseño de personajes es deliciosamente deudor del que en su momento propuso el juego original, de modo que los aficionados más veteranos se sentirán como en casa.

Los efectos especiales son quizá el elemento más vistoso del título, quizá debido a que en el baile de motores gráficos, diseños y acabado general que presenta el juego al cambiar tantas veces de mano puede que sea la vertiente en la que más mano haya podido meter GearBox en lo tecnológico. El título abusa de efectos como distorsiones, desenfoques y transparencias que, unidos a una correcta iluminación, aportan un grado razonable de espectacularidad, especialmente comparando el lanzamiento con el resto de aspectos del apartado visual.


El modelado de los personajes, en cambio, no está tan conseguido y nos retrotrae a lo más negativo del juego. Es cierto que tanto la figura del propio Duke como de los numerosos jefes finales que se dan cita en la aventura sí que alcanza cotas razonables, pero no podemos decir lo mismo de los rivales comunes o de los civiles que se cruzarán en nuestro camino. Francamente respetuosos con el diseño de los originales, pero también bastante flojos en su acabado general.

Aún así, lo peor de este juego en materia gráfica responde a dos aspectos específicos: La baja calidad de la mayoría de texturas que conforman los escenarios y el molesto “screen tearing”. Este último defecto no es tan grave y no está presente de manera constante, pero sí que aparece de vez en cuando y termina por ser muy antiestético. Peor es, como decimos, el tratamiento de las texturas, bastante pobre. Así, y en un mismo escenario, es posible contemplar texturas razonablemente pulidas y bien tratadas que contrastan brutalmente con otras borrosas y realmente pobres, más cercanas a la pasada generación que a la actual. Es este tipo de contrastes lo que nos recuerda el tiempo que ha pasado el juego en producción y lo difícil del equilibrio entre todas sus partes. La versión que nos ocupa, la de PC, es la que mejor resultado gráfico y técnico ofrece de las tres; no mucho más, pero sí es más sólida en conjunto y presenta menores tiempos de carga.

En lo relativo al sonido, éste supera netamente al apartado anterior. Y lo consigue gracias al buen trabajo llevado a cabo en el doblaje a nuestro idioma de todos los diálogos que se incluyen en el título. Y a diferencia de otros shooters, en este caso el número de éstos es bastante elevado. En cada uno de los niveles Duke no para de soltar lindezas por su boca. Expresiones como “¡deja de sangrar, nenaza!” o “descansa en pedazos” se suceden a lo largo de cada combate. Siempre tiene algo que decir en función de la situación en la que se encuentra, y tan pronto insulta o se ríe de la brutal eliminación de sus rivales como, acto seguido, dedica algún “piropo” machista a alguna de sus chicas. Lo cierto es que las frases no resultan tan memorables como en el juego original, pero la línea es la misma y más de una nos hará soltar una carcajada.

Los efectos de sonido también se sitúan a un buen nivel, especialmente los que tienen que ver con las armas. Todos ellos son muy contundentes y se aprecian con nitidez y, encima, están bien secundados por una banda sonora apropiada, que sabe amoldarse al desarrollo de cada fase sin grandes aspavientos de inspiración.


 El Patea Culos - Conclusiones 
Después de década y media de ausencia lo mejor que podía pasarnos a los fans de Duke Nukem era precisamente que una nueva entrega llegara las tiendas, y es que da gusto volver a disfrutar de nuevo del descaro, la prepotencia y la arrolladora personalidad de Duke Nukem. Este shooter subjetivo nos ofrece toneladas de humor de todos los colores con algunos momentos imposiblemente hilarantes en los primeros compases de juego que son dignos herederos del clásico. Aún así, y como el lector ya habrá intuido por el texto, no es el mejor representante de su género ni tampoco lo pretende. La única meta que se han marcado los desarrolladores de Gearbox Software es la de elaborar un título capaz de divertir tanto a los fans del personaje (jugadores ya veteranos) como a los incondicionales del género de los shooters subjetivos. Y desde nuestro punto de vista, lo han conseguido.

Duke Nukem Forever es un título que recupera el espíritu y la personalidad del título de 3D Realms que marcó un hito allá por mediados de los 90, era su principal meta desde el comienzo de su desarrollo y en este sentido el objetivo está cumplido. No obstante para alcanzar un grado de excelencia que hubiera puesto al juego a la altura de su predecesor hubiera hecho falta un mayor grado de chispa. Los combates son razonablemente divertidos, pero no alcanzan el punto de diversión que alcanzó su predecesor en su momento o que reeditó su remake descargable que fue puesto a la venta en 2008 para Xbox Live Arcade.


En este sentido es agradable ver cómo un juego de acción sencillo y sin complicaciones puede lanzarse también en pleno momento en el que los shooters alcanzan un grado de sofisticación difícilmente imaginable hace sólo unos años, pero también es cierto que para trascender y convertirse en un título recomendable más allá de para el grupo de fans acérrimos hacía falta mucho más que un puñado de arenas puestas una detrás de otra y unas cuantas hordas de enemigos a los que aniquilar.

El personaje se deja querer desde el principio, eso sí, y la aventura nos propone situaciones tan bizarras como entretenidas y variadas, en ese sentido no hay queja alguna. El armamento del que podemos echar mano es numeroso y muy divertido, lo que unido a la generosa extensión del modo individual (modos multijugador aparte) hace que el título no defraude en este sentido. Por todo esto pensamos que nos encontramos ante una continuación de un clásico que puede decepcionar en comparación directa con el grado de calidad del original, pero que ciertamente satisface sobradamente si tenemos en cuenta las complejísimas condiciones en las que se ha gestado el videojuego.

Imágenes: 










REQUISITOS:

Mínimos:


· Sistema Operativo: Windows XP/Vista/7
· Procesador: Intel Core 2 Duo @ 2.0 Ghz / AMD Athlon 64 X2 @ 2.0 Ghz
· Memoria RAM: 1 Gb
· Disco Duro: 4 GB de espacio libre
· Tarjeta de Vídeo: 256 MB  nVidia GeForce 7600 / ATI Radeon HD 2600
· Tarjeta de Sonido: Compatible con DirectX
· Idioma: Español
· No. Discos: 1

Recomendados:
· Sistema Operativo: Windows XP/Vista/7
· Procesador: Intel Core 2 Duo @ 2.4 Ghz / AMD Athlon 64 X2 @ 2.6 Ghz
· Memoria RAM: 2 Gb
· Disco Duro: 4 GB de espacio libre
· Tarjeta de Vídeo: 512 MB  nVidia GeForce 8800 GTS / ATI Radeon HD 3850
· Tarjeta de Sonido: Compatible con DirectX






FUENTE: http://www.3djuegos.com/juegos/analisis/1637/1/duke-nukem-forever/