lunes, 4 de abril de 2011

HOMEFRONT



La acción bélica según Kaos Studios llega a consolas de la mano de Homefront, el nuevo título de los creadores de Frontlines. Un videojuego mucho más compacto que su predecesor, que sabe encontrar su personalidad en un género en el que precisamente si algo sobran son los clones.
El nuevo lanzamiento de los creadores de Frontlines: Fuel of War es un videojuego netamente superior a su precedente, mucho más compacto en lo tecnológico y visual y, sobre todo, más divertido y con un afán por aportar un soplo de aire fresco con su concepto y planteamiento al encorsetado FPS. No es que Homefront sea revolucionario, vaya eso por delante, pero sí es precursor en mostrar la guerra de forma cruel, despiadada y áspera sin renunciar por ello a un formato puramente mainstream que les ayudará a obtener buenos réditos comerciales.

Corea: El Nuevo Gigante Dormido -Modo Historia- 

Pese a que ciertos fenómenos del género shooter bélico han aflorado con fuerza en los últimos tiempos, lo cierto es que los FPS sobre guerras contemporáneas no abundan, y menos fijados en escenarios tan apetecibles como los Estados Unidos. ¿Americanada de cómoda digestión? En absoluto. Homefront recoge un escenario plausible y netamente realista, con unos Estados Unidos caídos en desgracia y que para el año 2020 han perdido su condición de líder de las potencias mundiales por algunos conflictos de oriente medio, que revierten el estado de la economía mundial y potencian la fortaleza oriental de una Corea unida y de afán expansionista.

Todo esto se nos explica en una rápida cinemática al comienzo de la aventura, un vídeo que en apenas unos minutos nos explica un telón de fondo para el juego que, como decimos, es desde algunas perspectivas incluso posible. En cuanto esta breve introducción concluye saltamos directamente a la acción, viendo en primera persona y desde el autobús en el que somos apresados cómo se desintegra la Norteamérica que conocíamos de una forma muy representativa. Kaos Studios es tremendamente hábil, puesto que en esta secuencia en la que viajamos en la improvisada jaula en la que los coreanos han convertido un transporte urbano, podemos ver a través de sus cristales diferentes y ásperas escenas de lo que está pasando. Asesinatos de civiles en masa, niños llorando por las calles la muerte de sus padres, caos absoluto.
Todo lo que sucede en Homefront toma forma en el año 2027, lo que permite al estudio dibujar un futuro cercano con elementos que rozan la ciencia ficción y otros que son realistas y contemporáneos. Eso sí, en la campaña individual no viviremos situaciones "de película" en escenarios rocambolescos como se puede identificar rápidamente en otros grandes del género: Aquí todo es mucho más reconocible y cercano, y es precisamente eso lo que le imprime tanto carácter al videojuego. Todas las calles que vemos, las casas en las que irrumpimos y los comercios desde cuyos interiores nos parapetamos podrían ser los de la calle de al lado de nuestro propio hogar, y eso le confiere un fuerte sentido quizá no de realismo, pero sí de veracidad.

Es eso lo que busca Kaos Studios con su segundo videojuego, un estilo que lo dote de autenticidad y que se desmarca de lo habitual de los shooters bélicos en primera persona. Quizá esto hace que estéticamente no sea tan llamativo a simple vista que otros títulos del género mucho más espectaculares y sugestivos, sin embargo esa es la intención de sus responsables.

En cuanto al argumento que potencia a modo de combustible la campaña individual, hay que decir que está escrito por John Milius, hecho que ya hemos desgranado en los diferentes artículos que desde su anuncio hemos venido publicando sobre el videojuego. El guionista de cintas como Apocalypse Now o Amanecer Rojo demuestra aquí enorme pericia a la hora de plantear un punto de partida potencialmente viable como es el de esta ficticia invasión, aunque finalmente su fuerza es algo más intermitente de lo que esperábamos. Estamos ante un shooter, de modo que la importancia de la narrativa debe relativizarse, pero de cara a la segunda parte tendríamos un videojuego todavía mejor en su faceta off-line si se optara por aumentar algo más el peso del guión, especialmente teniendo en cuenta las posibilidades que la premisa inicial del juego ofrece.

Durante las escasas 5-6 horas que dura la campaña individual, asistimos a los clásicos diálogos bélicos por parte de los secundarios que nos acompañarán en todo momento, con muestras de camaradería y solidaridad enmarcadas en misiones de rescate, cobertura, toma de posiciones y defensa de puntos tácticos en los que nos haremos fuertes. Ninguna situación que se salga de lo convencional, pero todo con un toque algo sórdido, seco y crudo que define el espíritu Homefront. Lo que Milius y los desarrolladores del juego consiguen es apelar a la vena emocional del aficionado con algunas escenas impactantes, pretenden que la implicación del usuario sea máxima ante las atrocidades de los norcoreanos, y con una forma de contar la historia ciertamente asfixiante y por momentos rozando lo angustioso, logran de éste cierta empatía a pesar de que este marco de los Estados Unidos amenazados suene algo manido

Amanecer Rojo -Jugabilidad- 

Lo importante de un shooter es su capacidad para ofrecer un control preciso, un enemigo desafiante y situaciones variadas y retadoras de cara a mantener enganchado al jugador durante horas. Eso lo consigue a la perfección Homefront, trayendo consigo una experiencia sobresaliente en cuanto a su faceta puramente shooter, y eso que renuncia a algunos avances del género como el empleo de coberturas que por diferentes motivos no acaban de encajar en ninguno de los grandes referentes del subgénero de la acción bélica.

Por lo demás el título de Kaos Studios sigue todo lo fijado por el género de una forma muy respetuosa, aunque su planteamiento ficticio y pseudofuturista le permite incorporar a la ecuación de su arsenal elementos curiosos como drones, pequeños helicópteros con baterías y cámaras, barridos de UAV, y un largo etcétera de accesorios o armas muy característicos.

El ritmo es trepidante a pesar de la fuerza de los diálogos, y en este sentido es de agradecer el sentido del tempo de los creadores de Homefront, a la hora de intentar dar peso a las palabras de nuestros acompañantes sin con ello comprometer la velocidad vibrante a la que se suceden los acontecimientos del juego.

La campaña es breve, en efecto, pero va muy en la línea de lo que es el shooter bélico actual, con modos historia cortos pero de mucha intensidad. Las 5 horas que nos puede durar la experiencia de juego en solitario en la dificultad media pueden aumentar en un par de horas más si optamos por los dos niveles más altos, opción más que recomendable no sólo para aumentar la vida útil del programa, sino también para experimentar una IA que de este modo será especialmente agresiva en su comportamiento y precisa en su fuego.

Sin dar muchos detalles para evitar innecesarios spoilers podemos apuntar que el juego tiene en su Modo Historia algunas crestas de la ola francamente interesantes y, sobre todo, un sentido de la variedad de situaciones muy acusado. El final tiene las necesarias dosis de épica sin renunciar al estilo de guerra de guerrillas que muestra casi siempre el título, dejando la puerta abierta a una segunda parte de una manera ciertamente elegante.






Imágenes:









REQUISITOS:

MINIMOS:

Sistema Operativo: Windows XP, Windows Vista o Windows 7
Procesador: Intel Pentium Core 2 Duo 2.4 GHz o AMD Athlon X2 2.8 GHz
RAM: 1 GB
Tarjeta de Video: 256 MB compatible con Shader Model 3.0. NVIDIA GeForce 7900GS o ATI Radeon 1900XT
Espacio en Disco: 10GB libres

RECOMENDADOS:

Sistema Operativo: Windows Vista o Windows 7
Procesador: Quad Core 2 GHz+
RAM: 2GB
Tarjeta de Video: NVIDIA GeForce 260 o ATI Radeon 4850
Espacio en Disco: 10 GB de espacio libre. 

Fuente: www.3dgames.com


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